viernes, 7 de mayo de 2010

EL DESCUBRIMIENTO DE LA DUALIDAD DE LA MENTE (2) LA VIA DEL SAMURAI

A la práctica del Zen Budo le llamamos La Vía del Samurai.

Los antiguos Samurais se entregaban al combate en la convicción de que ya estaban muertos.

Desde esa actitud interna no se ponían nerviosos ni se descentraban puesto que no tenían nada que perder.

Para salvar la vida tenían que entregarla primero en un gesto de completo desapego a ella.

Pero que nadie se asuste y ni siquiera se inquiete lo más mínimo si es que había pasado por su cabeza la idea de practicar Zen Budo, que como he dicho antes es La Vía del Samurai, puesto que los tiempos han cambiado y, por suerte para nosotros, ya no es necesario pasar por esa prueba para aprender que para renovarse dentro de uno mismo tenemos que dejar las antiguas ideas y aceptar otras nuevas que ocupen su lugar.

Este proceso interno de morir para las viejas ideas para renacer a las nuevas es, a similitud de los antiguos Samurais, lo que representaría en la actualidad La Vía del Samurai moderno.

Y la nueva idea a adoptar en el Zen Budo es que tenemos una Conciencia que nos sirve de guía y que está más allá de la identificación que hacemos con nuestra propia mente la cual es, por naturaleza, el origen de cualquier conflicto dentro de nosotros mismos ya que esta, la mente, está constituida por polos opuestos en eterno enfrentamiento a lo cual llamamos “dualidad”.

La dualidad en si misma no tiene nada de malo. Lo malo es creer que uno forma parte de alguno de los polos creyendo así que está enfrentado al otro polo dentro de si mismo y, además, olvidándose de que los dos polos de la dualidad son complementarios entre sí y, lo más importante, que te pertenecen y que no les perteneces tu a ellos.

Ir tomando Conciencia de este hecho, constatándolo en nuestras meditaciones irá, haciendo sus propias transformaciones a todos los niveles.

Ideas nuevas constatadas, evidenciadas y experimentadas en el tatami son la base de la práctica en el Zen Budo, la Vía del Samurai.

Saludos.
Jesús martiZén

No hay comentarios:

Publicar un comentario